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Este texto fue publicado originalmente en Aunt Flow.
Tiempo estimado de lectura: 15 minutos
No siempre es fácil encontrar plataformas o escenarios dónde compartir y expresar nuestras ideas sobre activismo. Pero cuando se presenta la oportunidad, hay un enorme poder y responsabilidad que conlleva usar las palabras que usamos. Como Líder Regional de Europa y Asia Central con GIRL UP UN FOUNDATION, espero seguir aprovechando estas oportunidades para compartir narrativas colectivas y concientizar sobre todo lo urgente que hay a nuestro alrededor. Pero, antes de eso, soy de Sri Lanka; soy responsable de usar mi privilegio y acceso a oportunidades para guiar a personas como yo a la conversación. El estigma menstrual existe desde muchísimo antes de que se acuñara el término. Hoy, espero desmantelar algunos prejuicios.
¿Qué es el estigma menstrual?
Para mí, el estigma menstrual siempre ha sido una sensación indefinida, solo un estado puro y emocional. Son los sentimientos de inquietud, incomodidad y duda que tengo en torno a mi periodo, sentimientos que han existido mucho antes de que supiera que había una palabra para definirlos. Pero bueno, esa es solo la opinión de una chica. No obstante, el estigma de la menstruación sostiene el vergonzoso estereotipo de que la menstruación es algo sucio. Este concepto está ligado a mentalidades y creencias políticas, sociales, culturales y económicas. ¿Te suena demasiado familiar? Bueno, permíteme ir un paso más allá.
¿Por qué es importante que abordemos el estigma menstrual?
En pocas palabras, no tener estas conversaciones es un factor importante que está deteniendo a muchas niñas y mujeres. Tenemos la responsabilidad, como hombres, mujeres y miembres de nuestras comunidades, de normalizar estas palabras y discusiones. El hecho de susurrar con terror “Tuve mi periodo” a los 13 años a mis amigas en la escuela es algo que no desearía a nadie más. Desafortunadamente, el mundo no está configurado de la misma manera, y tenemos la responsabilidad de abordar el estigma porque acabar con estos estereotipos permitirá a las niñas y mujeres crecer en una sociedad en la que no necesitan esconderse.
Con AUNT FLOW, espero explorar no solo el impacto del estigma menstrual y cómo, como líderes de Girl Up, esperamos abordarlo; más crucialmente, espero dar protagonismo a líderes racializadas y sus historias.
¿Qué es el estigma menstrual y cuál es su impacto?
MARIA J.P., GIRL UP MÉXICO
Maria J. P. de Girl Up México comparte su narrativa cultural sobre el estigma menstrual y cómo influye en las actitudes hacia la menstruación en México:
“Soy originaria del sur de México, de un pequeño estado llamado Tabasco, en la frontera con Guatemala. Crecer en un pueblo me hizo darme cuenta de cómo un ecosistema conservador puede afectar tu salud, especialmente si eres una niña. La menstruación se veía como un “problema” que las niñas debían manejar en silencio. Sacar una toalla sanitaria o mancharse de sangre en clase era motivo de ridículo y vergüenza. Se esperaba que, sin importar cómo te sintieras físicamente, participaras en actividades extensas y exigentes de educación física. Esto se debía a que maestros y estudiantes decían que, como mujeres, debíamos “adaptarnos” a un sistema establecido, incluso si no estaba diseñado para nosotras. El sistema educativo no estaba diseñado para incluir clases sobre salud menstrual porque se percibía como algo muy “escandaloso” para los niños. En un país donde el acceso a la educación es un privilegio, obtener cursos sobre salud menstrual y reproductiva era impensable. Esto significaba que las niñas más afectadas eran las de comunidades rurales e indígenas.
En ese entorno, una de las cosas más importantes para mí fue que la unión entre las niñas siempre estaba presente. Nos criaron para que menstruar fuera un secreto y sinónimo de vergüenza, pero entre niñas, siempre encontramos nuestro lugar seguro.
maria j.p.
En México, una de las complicaciones más importantes para acceder a productos menstruales eran los altos precios, principalmente para las niñas de comunidades locales y de bajos ingresos. Apenas en 2022 se eliminó la ley del 16% de impuesto sobre productos de higiene menstrual; sin embargo, esto fue solo el primer paso para garantizar una salud menstrual de calidad para todas las mujeres. El año pasado fue histórico para las mujeres mexicanas debido a la aprobación de dos iniciativas que buscan reformar una ley federal para que se otorguen dos días al mes de pago a las mujeres trabajadoras y personas menstruantes con periodos incapacitantes. Estos cambios representan los resultados de años de lucha del movimiento feminista. Sin embargo, esto no evitó que se generaran comentarios violentos y ridículos por parte de la oposición, principalmente hombres, expresando que no debería haber “preferencias” hacia las mujeres debido al tema de la menstruación.”
Maria J. P., Activista juvenil, Líder de Girl Up México, Fundadora de EduHer
LAVANYA M., GIRL UP REINO UNIDO
Lavanya M. de Girl Up Reino Unido nos comparte su perspectiva sobre las consecuencias sociales de tener periodos y cómo el estigma menstrual en el sur de Asia puede afectar las relaciones e interacciones:
“En mi crianza en el sur de Asia, la menstruación estaba rodeada de confusión. Culturalmente, se celebraba como un hito significativo cuando una niña tenía su primer periodo. Se organizaba una gran fiesta en su honor, similar a una boda, con familiares y amigos presentes. Sin embargo, una vez que la menstruación se convierte en una ocurrencia mensual, está envuelta en secreto. Se desalienta a las niñas de discutir abiertamente su incomodidad o dolor. Además, se les prohíbe participar en prácticas religiosas, tal vez debido a la asociación histórica de la menstruación con la impureza y la suciedad. Estas prácticas arraigadas persisten hoy en día, en gran parte sin cuestionarse. Sin embargo, a través de la educación, nuestras creencias han evolucionado, aunque algunas tradiciones perduran. Por eso creo que necesitamos seguir teniendo conversaciones abiertas sobre la menstruación. Estas conversaciones generan conciencia, fomentan la empatía, deshacen el estigma y, en última instancia, abren camino para un cambio significativo.”
Lavanya M., Co-Fundadora de Girl Up Londres, Reino Unido
SALMA J., GIRL UP REINO UNIDO
Salma J. de Girl Up Reino Unido ofrece sus ideas sobre las implicaciones económicas cuando el acceso a productos menstruales y servicios de salud es limitado:
“La importancia del acceso a productos menstruales suele pasarse por alto debido a que el tema de ‘la menstruación’ es un tabú. En muchos países en desarrollo, a menudo las personas no tienen el dinero para permitirse productos menstruales y tienen que recurrir a alternativas poco higiénicas. En el mismo Reino Unido, debido a la crisis del costo de vida, se informó que el 63% de las mujeres ya no pueden permitirse los productos que necesitan para gestionar sus periodos (bloody good periods). Esto es un problema, ya que las alternativas poco higiénicas solo aumentan la posibilidad de contraer infecciones, que pueden ser muy peligrosas y presentar muchas complicaciones para mujeres y niñas. El acceso a productos menstruales debería ser parte de nuestros derechos como seres humanos, pero muchas mujeres no pueden acceder a ellos debido a barreras económicas. Dado que se considera un tabú hablar de nuestros periodos, muchas mujeres y niñas tampoco pueden expresar esta preocupación o abordar el problema, lo que lleva a que la mayoría de ellas tengan que luchar en silencio. De cara al futuro, para progresar, creo que el tema de la menstruación debería desestigmatizarse y debería ser un tema de conversación para abordar estas barreras económicas, de modo que ninguna mujer o niña tenga que luchar en silencio con ello.”
Salma J., Co-Fundadora de Girl Up Londres, Reino Unido
Rompiendo el silencio: iniciativas y movimientos
Los esfuerzos para abordar, gestionar, reducir y acabar con el estigma menstrual son una batalla constante pero firme. Desde la recaudación de fondos comunitaria hasta la concienciación nacional y la defensa global, personas de todo el mundo, con representación de diferentes demografías, están liderando y allanando el camino hacia el fin del estigma menstrual. Dentro de estos esfuerzos están las líderes juveniles de Girl Up, que toman iniciativas para ayudar a proporcionar un acceso más equitativo a productos menstruales, ofreciendo plataformas para compartir historias y recaudar fondos.
TEHANI C.P., GIRL UP NUEVA INGLATERRA
Tehani C. P. de Girl Up Nueva Inglaterra comparte sus experiencias para abordar el estigma menstrual y su camino en la defensa de esta causa:
“Desde Sri Lanka hasta la región de Nueva Inglaterra, mi viaje con Girl Up ha sido impulsado por el deseo de empoderar a las niñas y romper el silencio en torno al estigma menstrual. Como mujer racializada, entiendo las barreras culturales y económicas que exacerban este problema, tanto en mi país de origen como en todo el mundo. En Sri Lanka, donde fui voluntaria con Zonta e Interact, fui testigo de primera mano del impacto de la vergüenza menstrual. A través del “Butterfly Effect Project” (Proyecto Efecto Mariposa), abordamos la concienciación sobre la salud mental y la educación sexual integral, rompiendo tabúes y proporcionando información crucial. Además, en “Better Me More”, un evento de empoderamiento para niñas, ayudé a organizar y recaudar fondos para toallas sanitarias para pacientes en el Instituto Nacional de Salud Mental.
Unirme a la Coalición de Girl Up Nueva Inglaterra abrió nuevas vías para mi activismo. Ser testigo de la aprobación del proyecto de ley “I AM Bill”, que combate la pobreza menstrual en Massachusetts, fue una poderosa demostración del cambio liderado por jóvenes. La aprobación de esta ley por el Senado de Massachusetts fue un hito para la política feminista de Massachusetts. Nuestro enfoque actual en la desestigmatización de los periodos resonó profundamente, y ha sido emocionante contribuir a esta conversación tan crucial. Sin embargo, es importante entender que nuestra lucha no se detiene en las fronteras regionales. La difícil situación de las mujeres y niñas en Gaza, donde el acceso a productos de higiene menstrual es muy limitado, me ha conmovido profundamente. Por lo tanto, la Cumbre sobre Equidad Menstrual de este año ha decidido recaudar fondos para esta comunidad, de lo cual estoy muy orgullosa.
Este año, estoy contribuyendo a la Cumbre de Liderazgo de Girl Up, colaborando en una presentación sobre la defensa legislativa para la equidad menstrual. Incluso aseguramos un orador para compartir ideas sobre “I AM Bill” y mostrar el impacto de la acción local en un escenario global.”
Tehani C. P. , Girl Up Nueva Inglaterra
Girl Up proporciona una plataforma global para amplificar nuestras voces y desafiar normas discriminatorias. Juntas, estamos creando conciencia, abogando por cambios políticos y apoyando iniciativas que proporcionan acceso a productos de higiene menstrual. Estamos creando un mundo donde las niñas pueden menstruar con dignidad, sin importar su origen. Esto no es solo sobre los periodos; es sobre igualdad, inclusión y asegurarnos de que cada niña tenga la oportunidad de alcanzar su potencial. Esta es una lucha a la que entramos juntas, ¡un texto sobre menstruación a la vez!
tehani c.p.
Un cambio empoderante
El empoderamiento de niñas y mujeres, en mi opinión, ha evolucionado para definir y redefinir quiénes queremos ser en este mundo en constante cambio. Eso significa que las mentalidades también deben cambiar. Y ese cambio debe empezar con nosotras; si creemos merecernos trato igual a pesar de los prejuicios que la sociedad sostiene contra los periodos, entonces más personas terminarán pensando lo mismo.
Conversaciones
¿Dónde y cómo empezamos a generar cambio? Si surge en una conversación, si se intercambian ciertas palabras, si las personas carecen de información, si la gente hace preguntas… genera un diálogo. Aquí va una situación que me ha pasado a mí: es fácil molestarse cuando las personas asumen que mi humor o comportamientos están de tal forma porque “estoy en mis días”. ¿Sabes? Para mí definitivamente es así. Ahora, despendiendo de dónde estoy, le digo a la gente “No te preocupes” o “Segundo día del periodo.” He aprendido que ser más consciente de mi cuerpo, aprender a escucharlo e identificar sus reacciones es mi responsabilidad. Gran parte de esa responsabilidad consiste en crear un espacio en el que las personas me puedan hacer preguntas, sobre todo las personas que no tienen periodos.
Educación
Hablando de espacios seguros, hay otra manera crucial de involucrarse en estas conversaciones: empoderando a niñas y mujeres, y proporcionando recursos y apoyo a quienes enfrentan el estigma menstrual. La educación. Ese es el núcleo que estructura y puede reestructurar nuestra forma de pensar y abordar casi cualquier cosa en la sociedad. Distribuir herramientas educativas que hablen de la biología detrás de los periodos: por qué los tenemos, por qué es importante tenerlos, cómo regulan todo nuestro sistema y los impactos que dejan en las personas a nuestro alrededor son temas que necesitan ser investigados y propagados para poder educar. Estas herramientas también pueden incluir espacios donde adolescentes, jóvenes y adultes en general puedan compartir sus experiencias con los periodos. Estas conversaciones establecen vínculos entre cómo las personas se conectan con la familia, amigos y la sociedad en general. ¿Cómo pides a tus compañeras de trabajo si alguien tiene una toalla sanitaria extra sin susurrar? ¿Cómo le pide dinero prestado una hija a su padre para comprar tampones? Estos son vínculos que se están redefiniendo todos los días y tener conversaciones abiertas sobre los periodos rompe el estigma. Normalizar las conversaciones y la educación en el tema tienen papeles sumamente importantes en este empoderamiento.
Además, el propósito principal de la “educación” es la longevidad. Va más allá del aprendizaje de libros de texto y se adentra en la práctica real. ¿Cómo usamos los productos menstruales? ¿Qué alimentos nos ayudarán? ¿Podemos estar físicamente activas durante nuestros periodos? Estos son temas vitales para educar a todos, más allá de las personas con sus periodos. A partir de 2023, 1 de cada 10 niñas africanas faltó a la escuela durante su periodo, lo que equivale aproximadamente al 20% del año escolar; mientras que, en la India, el 66% de las niñas en áreas rurales desconocía las prácticas de higiene menstrual y solo el 32% usaba toallas sanitarias. Hay efectos secundarios por no tener suficiente información, así como desinformación, cuyas consecuencias no vemos hasta que es demasiado tarde. Todos nosotros, colectivamente, tenemos la responsabilidad de movilizar la información correcta para asegurar que las niñas estén equipadas con lo necesario para permitirles florecer incluso en esta sociedad que estigmatiza los periodos.
Mayor acceso a productos & recursos menstruales
Aquí hay otra vía que podríamos intentar… PROPORCIONAR ACCESO GRATUITO A PRODUCTOS MENSTRUALES Y RECURSOS EDUCATIVO. ¿Nadie lo habría podido adivinar, verdad? Al estudiar regiones en países en desarrollo, es evidente que la incapacidad de costear productos menstruales, por no hablar de simplemente tener los recursos para fabricar estos productos, está limitando a muchas niñas y mujeres. Según UNICEF, en 2023, solo el 27% de las niñas en países de bajos ingresos tuvieron acceso a materiales de higiene menstrual. Las barreras económicas juegan un papel perjudicial a la hora de decidir quién puede permitirse estas necesidades y, hasta el día de hoy, esto sigue siendo un factor que pone en riesgo la vida de muchas niñas y mujeres.
En los últimos años, se estima que los productos de higiene menstrual puedan costar hasta el 10-15% del ingreso mensual de una niña en África subsahariana, y resultados similares se experimentan en regiones como América Latina, el Medio Oriente y el Norte de África, África y Asia. Proporcionar acceso gratuito a estos productos crearía un efecto dominó positivo. Las niñas y mujeres jóvenes podrían asistir a la escuela y trabajar; aprenderían y ganarían dinero; podrían continuar con su educación, hacer inversiones y tomar decisiones más independientes. Esto suena muy accesible para algunas de nosotras, pero casi inalcanzable para otros. La estigmatización de los periodos está limitando a niñas y mujeres de maneras invisibles a simple vista, que no se sentirán hasta que el futuro esté frente a nosotros. Así que tenemos una responsabilidad colectiva de elegir y tomar acciones para redefinir esta noción.
Haz una diferencia
Es necesario mencionar que el cambio más sísmico solo puede ocurrir a través de un cambio en visión, prácticas y políticas públicas. La política tiene un papel importante en la narrativa del estigma menstrual y la accesibilidad a productos: es entonces cuando veremos una diferencia universal. Pero muchos de nosotros no esperaremos a que llegue el cambio, seremos parte de él. Entonces, ¿cómo hacemos una diferencia? Comienza pequeño, créeme, se traducirá en impactos mayores con paciencia y confianza en el proceso. Inicia clubes y sociedades en escuelas y universidades: ¡enciende esas conversaciones! Organiza una noche de cine, una venta de pasteles, un evento de networking y recauda dinero para comprar productos y hacer donaciones. Contacta a ONG y organizaciones benéficas para ofrecerte como voluntario. Intenta seguir de cerca a personas que trabajen más estrechamente en campo y no tengas miedo de hacer preguntas. Rodéate de personas que están sobresaliendo en campo y están teniendo impactos innovadores en la defensa y la concienciación: intenta estudiar qué está captando la atención de la gente y entiende qué está moviendo a la multitud. Este movimiento necesita que seamos ruidosas y seguras, ¡usa tus poderes!
Cómo involucrarse con Girl Up en tu comunidad
¿Cómo puedes participar más activamente con Girl Up? Vuelve a la región en la que estás porque Girl Up está representado en regiones que incluyen EE. UU., Reino Unido, América Latina, África, Medio Oriente y Norte de África, Asia del Sur y Oceanía. Descubre lo que están haciendo los equipos en tu país y ciudad; contáctales y pregúntales cómo involucrarte; asiste a sus eventos en línea y presenciales y haz contactos. De esta manera, podrás entender mejor los objetivos para la región y cómo podrías integrarte mejor en la COMUNIDAD GLOBAL DE GIRL UP.
Sigue conociendo a personas, crece como persona y desbloquea tus habilidades. El activismo requiere que continuamente salgas de tu zona de confort y seas ruidosa y orgullosa en una multitud de personas que no siempre conoces. Lleva tu presencia a la mesa y te prometo que encontrarás a tu gente.
Las opiniones expresadas en este blog son propias de la autora.
Zayna Z. es una de las Líderes Regionales de Girl Up para Europa y Asia Central. Sus objetivos se centran en crear oportunidades y acceso a recursos para las niñas, ayudándolas a forjar amistades y fomentando el crecimiento comunitario. De cara al futuro, su visión a largo plazo incluye expandir el impacto de Girl Up en Europa y Asia Central, fortaleciendo la comunidad global de Girl Up y creando conciencia sobre la importancia crítica de la igualdad de género. Al mismo tiempo, contribuye a Care About Climate (CAC) con el equipo de formación COP, en el que colabora para desarrollar un programa educativo accesible para la juventud, especialmente en el sur global.